Entorno
Fiñana fue un confín en disputa. Hoy resulta una
sucesión de culturas. Una fortaleza mora, una iglesia y una mezquita son
sus hitos; centro de su término indiscutible, aunque su área de
influencia lo rebasa por el valle del río Nacimiento. La iglesia y la
mezquita, dos privilegios, hacen manifiesta la evolución de los credos,
con sus modos de vida, como en otros lugares del entorno; cohabitación y
superposición de moradores trascendente a la actual diversidad y
complejidad paisajística. Los restos de la alcazaba declaran su
ubicación en un pasillo natural de tierra fronteriza recurrentemente
disputada desde fuera, pues se encuentra entre Guadix, Baza y Almería, y
desde dentro, pues acaparaba los términos actuales de Abla, Abrucena y
Las Tres Villas, a pesar de haber tenido distintos concejos. Se extiende
hoy de NNW. a SSE.; 133,7 km2 de terreno interior con llano alto y
amplio, destemplado y semiárido, entre las penibéticas, en el límite
occidental de la provincia de Almería.
Principalmente la
topografía, tan accidentada, diferencia en el municipio cuatro sectores
asociados a otros tantos paisajes: el meridional, en el actual parque
natural de Sierra Nevada, el de la tierra mesopotamia donde se asienta
Fiñana, el del Llano de Abla o pasillo de Fiñana (fondo del alto valle
del Nacimiento) y el septentrional, extendido sobre la solana de Sierra
de Baza. La umbría de Sierra Nevada es aquí abrupta, con escarpes y
alturas considerables (El Almirez: 2.519 m. ); terreno de nieves,
quebrado, del que, a favor de fracturas y diaclasas, surgen las
chorreras de agua.
Desde esta pared bajan unas lomas curvas,
estribos repetitivos, que anidan cuencas afluentes con forma semejante a
la mitad de la media luna, muy bien individualizadas.El estribo
oriental, bajo el Cerro de la Cruz, queda jalonado por adecuaciones de
turismo familiar (El Ubeire, Aldeire, La Dehesa), en la linde con
Abrucena; antes de su inflexión en la loma donde toma su asiento esa
villa, se deriva un interfluvio secundario que termina en San Antón (955
m.), cerro de materiales detríticos rojizos para un cortijo entre pinos
y su ermita, vecinos de Fiñana. Dominado por Montaire, el estribo
occidental, con similar curvatura, separa a ésta de la cuenca de Huéneja
por el Oeste, y, por el Norte, la deslinda del colector de ambas,
pasillo y llano que enlaza, imperceptible, con el Marquesado.
Entre
ambos, la cuenca de Fiñana se drena por El Río, dice la gente, Río
Nacimiento, recogen los mapas; evocaciones del transvase que sufren las
aguas Vista de la Iglesiamediterráneas en su cabecera natural (Huéneja)
hacia la vertiente atlántica, dejando tan seco el cauce entre las villas
que merece el nombre de La Rambla.
Las cuencas de Sierra Nevada,
salpicadas de cortijadas deshabitadas (salvo la Heredad: 56 h. , 1991),
de sistemas hidráulicos (la pantaneta del Castañar se llenó en 20 días
del húmedo y nivoso invierno del 96), rosarios de acueductos con
industrias de molienda y fábrica de luz, y de dehesas, poblada de
encinar, rozas con matorral, repobladas con pinos, robles, castaños;
bosques-galería de álamos en sucesivas fases que datan, al menos, del
inventario llevado por don José Espelius en 1759 (Gómez Cruz),
constituyen el mediodía de los municipios. Parque natural hasta la
N-340, en 1989, reserva indispensable, siempre, para las villas ubicadas
en las proximidades a su desembocadura. Fiñana, como sus vecinos, tomó
asiento en la solana del extremo terminal de su loma.
Cerro y
antecerro (Olila) entallados por terreras en conglomerado rojo
plio-cuaternario. A través suya, la villa establece la comunicación
inter e intramunicipal. Loma domesticada: carreteras, sendas, cauces,
vegas, huertos y casas. Bisagra entre la despensa de la sierra y el
pasillo llano al que se asoma, vigilante, su alcazaba.
La villa
enseña, modélica, la ubicación predilecta de los pueblos del alto valle
del río Nacimiento. Su centro se halla en esta localidad alta (946 m.),
próxima a Guadix y Baza, bien defendida y con suficiente agua. Los
factores de localización que privilegian centros urbanos probablemente
variaron en el Medievo, y un hipotético relevo, nada excepcional en la
geografía ibérica, habría sido tan rotundo, sin embargo, que casi borró
los vestigios de otra hegemonía anterior.
Reyes Católicos
Cabecera
comarcal desde época mora y sede de familias principales tras la
repoblación cristiana; centro, en fin, de los agentes más activos en la
transformación secular del paisaje.
El pueblo queda dominado por la
fortaleza de tapial musulmana (siglo X) donde hubo un distinguido
edificio bien provisto de agua, la que le llegaba por la loma desde la
sierra, llenando aljibes y baños hasta derramarse por conductos
subterráneos y caños que dieron riego en tiempo cercano. Tuvo episodios
gloriosos, como la resistencia a las tropas de Abderramán III en 913 o
la estancia de los Reyes Católicos para pernoctar en 1589 (Serrano).
Hoy, un torreón conservado sobre la Plaza sirve para dar las horas de
agua; el pacífico Barrio de la Alcazaba puebla con recovecos el interior
de aquel fuerte; su parte oriental cobija al Barrio de la Cruz, en
torno a la ermita desaparecida. Está casi entero rodeado de barandas
sobre terreras elevadas, ofreciendo vistas espléndidas al Río y la
Rambla, y a las sierras del pasillo encajado.
Información cedida por el Excmo. Ayuntamiento de Fiñana